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Cuento de Eutiquio Leal

(Primer premio en el concurso del festival de Arte de Cali, 1968)

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SITIO CON INTENCION DE DAR A CONOCER LA VIDA Y OBRA DEL PROFESOR EUTIQUIO LEAL


jueves, septiembre 28, 2006

El Preludio de Música de Sinfines

Leer el libro "Música de sinfines"

El escritor Eutiquio Leal es más conocido co­mo novelista, cuentista, conferenciante y ensayis­ta, que como poeta. Sinembargo él confiesa que ha escrito poemas desde su adolescencia, cuando le hacía versos a sus compañeritas de estudio... "Lo cual me daba muy buenos resultados", según nos dice en medio de una socarrona carcajada.

Afirma complacido: "Siempre he sentido la necesidad urgente de escribir poesía como una gimnasia mental, emocional y lingüística. A mí me dan mucha lidia las palabras. Mi lucha sin cuartel, a vida o muerte con el lenguaje es el más constante tormento de mi trabajo como escritor. Pero es un tormento placentero, delicioso, desfrustrante. Resulta que escribir un cuento o una novela viene a ser también un acto poético, aun­que de otro nivel, a otras honduras. La poeticidad es una de las características de la esencia del arte en general y de la literatura en particular. Los alemanes tienen razón cuando denominan POETA a todo creador, ya sea un músico, un pintor o un dramaturgo, pues lo que producen la imaginación y la fantasía de un creador es, nada menos e igual­mente, una obra poética en el más profundo sen­tido del término. Mi combate diario y nocturno con el lenguaje, con cada expresión, con cada pa­labra cuando escribo poemas me sirve muchísimo para mi trabajo como narrador, pues la gran sín­tesis, la profundidad, la significación y la polise­mia que debo lograr en los poemas es, para mí, el mejor ejercicio estético en cuanto a la labor de escribir un cuento o una novela. Si alcanzo el mis­mo efecto poético en mi prosa, ello quiere decir que he conseguido labrar una buena prosa, una buena narración. Por eso nunca dejo de estar es­cribiendo poesía, eso sí, sin ánimo de publicarla: sólo con el propósito de mejorar mi obra literaria narrativa, en prosa".

Son afirmaciones que ha venido haciéndonos Eutiquio Leal, con un poder de convicción que nos incita a aceptar sus plan­teamientos sin vacilación.

Como se verá, la poesía de Eutiquio es "labrada" como él mismo lo dice. Rigurosamente tra­bajada, fuertemente maciza, hondamente signifi­cativa. Por tanto ella exige de sus lectores un esfuerzo mental y sensorial, una labor de decodi­ficación, de interpretación, un serio trabajo de búsqueda y hallazgo de los sentidos internos, de la significación recóndita y de la simbología que cada uno de sus poemas establece, propone y uni­versaliza. Si es claro que su poesía apela mucho a la razón, al sentido semántico y mental, tam­bién es evidente que convoca y estimula grande­mente a los sentimientos, a la sensibilidad huma­na y estética de sus lectores. Lo cierto es que esta poesía exige un lector activo y sensible.

Para Eutiquio Leal el acto poético empieza con una manera y un enfoque estético de la vida, de la cotidianidad. "Si un ser humano mira el mun­do y se emociona, si contempla los objetos, los fenómenos y las actuaciones, si se detiene en todo y se asombra, si vibra estéticamente y si todo lo percibe a través de sus sentimientos, de su sensi­bilidad, pues entonces ahí hay un poeta. Ahí te­nemos un poeta, aunque no escriba versos. Y si los escribe, si puede expresarse y expresarlo todo con un lenguaje articulado, así sea oralmente, pues ese es un poeta cabal. Es que la poesía está en todas partes y solamente hace falta el ser hu­mano suprasensible que logre convertirla en leguaje: pictórico, melódico, plástico, sonoro, escri­to, etc.".

Y continúa: "Cuando un ser humano es capaz de ver y sentir el mundo de una manera diferente al co­mún, ahí está el poeta, aunque no lo diga ni lo escriba. Después de miles de siglos, el hombre llegó a cantar y contar oralmente su visión poética de la vida. Y mucho después pudo cantarla y con­tarla por medio de la escritura, que es lo que es­tamos haciendo ahora", concluye Eutiquio Leal jubilosamente.

Preguntamos a Eutiquio Leal, para él qué es escribir, y contesta:

"Escribir es entregar los horizontes y las ba­tallas, los lilas y los rojos seguros en las manos de la amante y del viento, por que los dos con­fundidos en un sólo Arco-Iris de felicidad cus­todien al mundo y lo defiendan de la negrura impenitente que lo asedia.


"Es liberar las mariposas y los vilanos para que luchen en el espacio cósmico como mensa­jeros de las voces del viento, solidario e inconte­nible, del hombre.


"Es rescatar las caracolas y las siemprevivas de modo que continúen siendo ellas mismas en el devenir de las noches subversivas que generan todas las alboradas de la tierra.


"Es apropiarse de las tempestades y los re­lámpagos siderales y humanos, en gracia a la alegría de las horas, los senderos ocultos y los siglos de las estrellas vivientes.


"Es inscribir la otra cara del orbe, de los ob­jetos, las personas, los sentimientos, las pasiones, la belleza universal, la poesía del Cosmos, y re­velarla hasta en las piedras.


"Es desfrustrarse y desfrustrar a quienes (por ventura o por desgracia) se ven impelidos a des­cifrar lo que plasmamos en la sombra, en soli­tud, en el abandono creador, martirizante.


"Es realizar a los demás o realizarse uno mis­mo lográndolo en todo, del todo, por todo y ante todo aunque no fuese más que en la imaginación.


"Es sublevar las desoladas sensaciones que ha­bitan o cohabitan en lo más recóndito de los hi­pocampos y las golondrinas trabajadores.


"Es soltar al espacio desvalido los unicornios que sabemos infinitos, adorados, por siempre compañeros.


"Escribir es hacer la revolución con las pala­bras, en las palabras, contra las palabras, y así proyectarse transformando a los hablantes y a todo lo que avivan las palabras, logrémoslo o no."


Veamos alguna muestra de la poesía de Eutiquio, cuyos poemas son más conocidos en el exte­rior que en su propio país o entre sus colegas y amigos.
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Este texto fue publicado por el periódico "ALO COLOMBIA" en su edición de Marzo 1988, firmado La Redación, con las iniciales J. M. D.
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Hipólito Rivera, Jorge Eliécer Pardo, EUTIQUIO LEAL, Dario Ortíz Vidales y Carlos Orlando Pardo